domingo, agosto 26, 2007

Ahuehuete... árbol nacional de México.

Fotografía de Betty Ortiz



Conocen los ¿ahuehuetes?
Era apenas una niña la primera vez que escuché sobre un ahuehuete. Me pareció sencillamente fantasioso, como si se tratara del episodio de un cuento mágico donde un árbol viejo y sabio era el protagonista principal. Aún tengo claro el recuerdo de aquella ocasión en la que, estando de visita en casa de unos amigos de mis padres, encontré un libro empolvado y al abrirlo descubrí en su interior la foto de un árbol de dimensiones sorprendentes. Desde entonces, inexplicablemente surgió en mi cierto aprecio y respeto por los árboles, teniendo la creencia que los árboles son seres humanos transformados que sienten y que pueden expresarse de muchas maneras conforme pasa el tiempo.

Fue hasta la escuela primaria cuando en una clase de Historia de México mencionaron al "árbol de la noche triste". Este episodio histórico recuerda al ciprés mexicano o ciprés de Moctezuma -como también se le conoce- por ser bajo sus ramas donde el conquistador español Hernán Cortés llorara la noche del 30 de junio de 1520 la derrota de una batalla sufrida contra los guerreros aztecas en Tenochtitlán.

Ahuehuete proviene de la lengua náhuatl āhuēhuētl, atl “agua” y huehuetl, “viejo” cuyo significado es "árbol viejo de agua". Estos árboles son muy longevos, pueden superar los 30 metros de altura pero su principal característica es el grosor de su tronco. En 1921, el ahuehuete recibió la condecoración de "Arbol Nacional de México" debido a su amplia distribución en la geografía del país y su importancia cultural desde las épocas prehispánicas.




Durante mi viaje al Estado de Oaxaca, uno de los atractivos que llamó poderosamente mi atención fue precisamente el "Árbol de Santa María el Tule" localizado aproximadamente a 13 kilómetros de la capital del Estado. Sin duda alguna, es un árbol impresionante que forma parte del atrio de la iglesia de Santa María de la Asunción la cual luce diminuta junto a este robusto ejemplar clasificado cientíticamente como Taxodium Mucronatum.

Éste encino despierta singular interés no solo por sus dimensiones sino también por las curiosas formas de su tronco. Al llegar, es común ser abordado por un grupo de niños quienes por una propina muestran al turista las formas de ciertos animales que con un poco de imaginación pueden visualizarse en el tronco del gigantesco tule.

Quedé aún más impresionada cuando supe que éste patrimonio natural mexicano tiene una edad aproximada de 2000 años y que su tronco puede apenas ser rodeado por 30 personas con los brazos extendidos y que aún continúa creciendo. Algunos consideran que trata del árbol más grueso del planeta. Me sentí diminuta junta al Tule :S





Imaginen ustedes con semejantes datos, ¿como podría pasar desapercibido?

Descúbranlo por ustedes mismos. Aqui les dejo la fotografía que tomé a la placa que se encuentra al pie del viejo Tule en Oaxaca y hagan cálculos sobre sus dimensiones.




¿Como surgió este post?

Después de pensar en las numerosas maravillas naturales de México, en la importancia de la protección que los mexicanos debemos a nuestros recursos. ¿Sabían ustedes que el Rey de España Juan Carlos Primero de Borbón plantó en esta misma comunidad uno de los hijos del Tule?. Desafortunadamente tuvo que ser derribado por las autoridades porque se le consideraba ya un "palo seco". De haber tenido la conciencia y el cuidado apropiado, no se hubiera perdido un importante patrimonio natural- histórico de México. Es más fácil justificar las acciones cometidas contra nuestros recursos que verdaderamente preocuparnos por la reservación de nuestro legado. Mexicanos... cuidemos, es nuestra responsabilidad, nuestra obligación y nuestra herencia.

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