En el inframundo...

comencé el descenso hacia la oscuridad...

Conforme avanzaba, el pasadizo se hacía más estrecho y los escalones más peligrosos. Me aferraba con los dedos a las paredes húmedas. Esto que platico aqui no es cuento, es algo tan real que solamente se puede vivir en las entrañas del propio Templo de las Inscripciones. Más emocionada que temerosa por fin comprendí que estaba a punto de profanar un lugar para entonces y para hoy, respetado por los mayas.

Finalmente, la cámara funeraria en cuyo interior el Dr. Alberto Ruz Lhuillier develó en 1952 el secreto mejor guardado: El sarcófago real del señor Pakal que gobernó la ciudad durante el periodo clásico.

PALENQUE... parte 1

"Hablo con la misma voz de mis constructores, canto como el agua del río que nace en las entrañas de mi casa... la selva, madre que por muchas lunas me abrigó y que hoy reclama con furia mi presencia"

Llegué cansada al pueblo. Me hospedé en uno de los tantos hotelitos típicos del lugar, esos que dejan ver el alma de la selva, con ruidito a grillos y con sabor a humedad en las verdes hojas de los árboles. Decidí tomar una siesta y gastar la tarde recorriendo las angostas calles cargadas de expresión artística... ya les platicaré... por ahora les diré porqué he venido aqui:

La emoción le gana a mi flojera en esta ocasión y despierto lo más temprano que puedo... ropa cómoda, zapatos cómodos, una botella de agua y mi cámara... claro!, mi credencial de guía acreditada por la SECTUR sobre mi pecho. Con este cargamento me dirijo a una de las zonas arqueológicas más hermosas de México.

Mi plan en esta ocasión no es dar visitas guiadas, es mas... creo que soy yo mi propia invitada y así comienzo a recorrer, a excavar con la mirada los rincones más sorprendentes de Palenque. Venir aqui, es dedicarle un día a toda la zona arqueológica... es increíble esa sensación de albergue que proporciona... dibujar, leer, tomar fotografías, recorrer a paso lento sus rincones, todo esto pocas veces lo ofrece un solo lugar.

Antes de subir al Templo de las Inscripciones-llamado así por los grandes tableros con geroglíficos ubicados en el corredor de entrada-, he decidido sentarme a la sombra de un árbol y simplemente admirarlo... recorrer sus líneas, contar sus escalones, tocar el verde pasto sembrado a sus pies, una, dos, tres fotografías y subir. Me alegra haber descubierto que Palenque no deja nunca de sorprenderme... parece que con los años el sitio es más bello... si desde niña he venido a visitar la Tumba de Pakal, esta vez no podía ser la excepción.

K'inich J'anaab Pakal o Pakal el Grande, uno de los gobernantes mayas más influyentes de su época, quien- según la lectura de jeroglíficos- nació en el año 603 DC.

Su madre Zak Kuk le otorga el poder a los doce años y con el se comienza a escribir uan historia donde la arquitectura y el arte adquieren una gran importancia.

Son muchos los estudios que se han hecho tratando de indagar más sobre la vida de tan notable personaje. Entre estos estudios, la bio- arqueología practicada a sus restos que determinaron su deceso en el año 683 DC.

Antes de dar un paso más, me apoyo sobre la pared de una de las entradas... y guardo más imágenes para mi colección personal... claro!, la vista del Palacio es espectacular... sus múltiples viviendas, su torre de cuatro lados que quizás en su tiempo fungía como vigía en tiempos de conflicto (mmm, no estoy muy de acuerdo) o bien como observatorio astronómico y sus galerías que como laberinto invitan a ser explorados. Lo miro, me miro aqui en este entorno y solo pienso en lo pequeños que somos.

Es hora de entrar ala inframundo y visitar uno de los tesoros más grandes de la arqueología mesoamericana.

¿Vienen conmigo?

Continuará....